domingo, 1 de marzo de 2020

Asturias San Roque Valle Invisible


Asturias San Roque del Acebal Valle Invisible 02-07-2020

Mapa de la ruta





La ruta en Google Earth

 

 Perfil de la ruta




 Últimamente se están potenciando rutas turísticas, que sin mucho esfuerzo permiten disfrutar de un entorno agraciado a través de viejas sendas, servidumbres y callejas que, si no se pisan, la maleza les cerraría y terminarían por desaparecer.

Prao, valle y cumbres donde disfrutar



Es de agradecer el empeño de algunos colectivos y ayuntamientos por sacar adelante estos proyectos que hoy en día se propagan con rapidez a través de las redes. Hablamos de la ruta denominada con “El Valle Invisible” y que el colectivo El Perru de San Roque propuso al ayuntamiento de Llanes como recorrido para atraer visitas y dar valor a la zona.

Arroyo Cagalín con restos de un molino



La ruta fue creada hace un par de años, está muy bien señalizada y ambientada. Transcurre entre parajes pintorescos de los alrededores. Se pueden visitar cuevas, cascadas, fuentes y molinos, todo ello amenizado con oportunas esculturas que entretienen el paseo.

Lobos en día de luna llena


Preciosa iniciativa digna de imitar también en esta tierra nuestra, donde se dispone de rincones y resaltes que bien merecen un alto para contemplar su belleza. Es menester de los ayuntamientos y gobierno de Cantabria en dar a conocer en realidad ese eslogan con el que se llena la boca nuestros representantes y empezar a trocear ese infinito con realidades tangibles.

Cueva de Colluvina


Hoy nos hemos juntado 5 del Golden con la idea de hacer este circuito. Hemos salido a las 8:00 de Santander y tras parar a tomar café a medio camino, son las 9:30 cuando paramos en San Roque.
La zona es muy conocida para los viejos conductores pues el pueblo está en una larga recta donde se solía poner tráfico con el radar, además de disponer varios bares donde parar.

Wp1, 9:40, San Roque del Acebal. La ruta se inicia en el lado sur de la carretera frente a un concesionario de Renault. En ese lado se halla un panel con las señales de inicio y Fin de la ruta, así como un mapa de la misma.

Inicio y fin de la ruta circular


Hay representadas varias figuras que no corresponden con su ubicación exacta, pero que se ven todas si se está un poco atento.

Una garza real por los praos

 
El área a recorrer está en la falda norte de la Sierra del Cuera cuya cumbre más emblemática, El Turbina, es conocida por todos los montañeros de los alrededores.

Iniciamos la ruta por asfalto hacia el NO, no hay pérdida en su recorrido pues está impecable su rotulación, al poco cruzamos la carretera general y pasamos al lado norte del pueblo conocido como La Concha. 

Cambera entre praos


WP2. Dejamos el asfalto y pasamos entre prados por cambera donde una familia de búhos nos contabiliza. 

Buho grabado en piedra al lado del camino



Nos acercamos a La Malatería, un panel nos cuenta la historia de la existencia de esta leprosería, pero sus restos son apena apreciables sino es por resaltar las paredes de su recinto.

Cartel del Mirador del Cuera



Poco más adelante llegamos a lo que está rotulado como mirador del Cuera, y por más que buscamos El Turbina, allí no aparece, aunque le divisamos enfrente. Allí está denominado como La Pica D’ Aba, y si lo dicen los lugareños, su razón tendrán. La toponimia es así de caprichosa.

Loba en el Cañamal



Wp3. Continuamos el recorrido un rato, paralelos a la autovía para adentrarnos en el Cañamal y pasar junto a la fuente del Casar donde una loba cuida una amplia prole de lobeznos, al menos 7 reposan en el tronco.

Viejos muros canalizan la crecida del arroyo y proseguimos por Cañamal a La Asomada donde tras cruzar la barriada, nos adentramos entre avellanos asentados junto a un arroyo y praos entre mazacotes calizos, donde pastan algunas vacas la rociada yerba. 

Acceso al arroyo Cagalín


Parte del corto recorrido de la surgencia

 
Wp4, Nos desviamos al arroyo Cagalín, donde nos sorprende un bonito rincón, lugar de tareas y festejos por los aldeanos años ha. El Cagalín es un manantial capaz de sustentar un molino en su corto curso y cuyos restos aún se observan.

Cartel de la ruta en la cercanías de Colluvina


Zorrillos en el camino  



Wp5, Retrocedemos a la senda para sostener el recorrido que por senda nos mete en el bosque donde unos zorrillos resurgen entre la maleza. El sendero se adentra en una dolina rodeada de arbolado. Ahí se encuentra la cueva Colluvina. Dejamos las mochilas fuera, sacamos los frontales y nos adentramos en su barriga.

Boca de la cueva Colluvina


Dispone de una gran boca y se transita sin dificultad por las salas procurando agacharse un poco en los trasiegos. Podemos contemplar estalactitas, banderas y columnas bien formadas y muy cercanas pues su recorrido más decorativo serán unos 50m como mucho.

 Interior de Colluvina


Visitada la cueva, abandonamos la sima y pisamos de nuevo la carretera general para abandonarla de inmediato e ir por la Calleja de la Ánimas a buscar el arroyo del Toyu que acompañaremos hasta volver a cruzar de nuevo la carretera por un túnel.

Camino del arroyo Toyu



Atravesamos las vías del tren y nos adentramos en el tramo más feo y exigente del recorrido, pero necesario para caminarlo de continuo. Podríamos ir por las vías del tren hasta el siguiente cruce y luego retroceder por el tramo oficial, pero un poco de esfuerzo no viene mal.

Cruzamos las vías


Pasado el repecho del eucaliptal donde dilatamos los alveolos, y podemos contemplar en su extensión San Roque, así como la plataforma superior que fue un viejo aeródromo, descendemos a la riega de los molinos donde contemplamos un par de construcciones muy deterioradas.

Camino del eucaliptal


Es una pena que se hayan dejado hundir estos vestigios de antaño que tanta labor dieron y hambre quitaron.  Hoy apenas quedan tres paredes y la arcada que albergaba el rodezno.

Zona de molinos


Acequia del molino


Wp6. Tras la zona de ingenios, accedemos a un pequeño resalte donde una pareja de lobos, delatan nuestra presencia. dos esbeltos canis lupus se dejan ver junto a un roble rodeado de eucaliptos.

Llegando a los lobos


Bonita estampa



Reanudamos la ronda a la vera de las vías, acompañados de leyendas del libro de Kánkel, que ensalzaban los días de cabañas repletos de memorias.

Fuente de Rugarcía


Wp7. Nos arrimamos a la fuente de Rugarcía bien señalizada por un rotulo, para apreciar aflorar esta bonita surgencia que a gorgotones nos ofrece su esencia. No podemos por menos, que hacer honor a su transparencia dando un buche a su ofrenda.

La puentuca sobre lecho de arena

 
Visitamos la puentuca y nos metemos en el Cantón para darnos de frente con el lavadero del Acebal y una estatua en homenaje al campesino local.

El paisano junto al lavadero


Desde aquí nos adentramos por la Cotera Somanta camino de la cascada del Escaniellu. Franqueamos una valleja supestamente regada por el arroyo de la Lanzuca pero a nuestro pesar no acarrear nada de agua, su cauce es arenoso y congeturamos la idea de que quizás su agua esté sumergida.

En busca del agua


 La osa y su recua



Wp8. A medio camino nos tropezamos con un viejo tocón de castaño, a cuya vera una osa soporta en enredo de sus oseznos, disfrutamos del regocijo con un par de fotos y seguimos ruta en busca de la incierta sorpresa.

La humedad de la zona promete un curso de agua

 
Pocos metros más delante de la osa empezamos a ver correr el agua por el arroyo, cuyo rumor nos anima a proseguir. Un puentín antes de un empinao nos asoman a un pequeño salto que alegra la vista y la estancia.


Cascada del Escamellau



Wp9. Una ninfa atusa su pelo al salpique del agua y tras un ratín en la hoya salimos por amplia pista junto a dos abedules camino del final.

Cerrando el circuito camino de Las Coteras


Desde aquí es posible prolongar un poco más el recorrido acercándonos al Pico el Castillu, al que se accede remontando el cauce del arroyo por una cambera que se adentra a La Coz del Caballo, Collado del Toyu y desde ahí, por un cordal acceder al pico (385m). 

Impone el porte del Oso



Wp10. No es nuestra idea e iniciamos descenso al Acebal, donde una abuela y un gran oso nos apuntan en camino para llegar al Lavaderu de Cavielles donde paramos a comer, pues es una zona de remanso con asiento junto a un castaño.

Zona de reposo y comida



Tras el almuerzo, levantamos el campamento y nos acercamos al final del recorrido donde en uno de sus bares damos cuenta de una rica cerveza.

Wp, 11 FIN 12k8.

Buen Camino

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